lunes, 13 de octubre de 2008

Eructan soja, pero quieren más...



AL PUEBLO DE LOS TOLDOS
Exportaciones y renta. Breve introducción.
El precio de los productos agropecuarios en el mercado interno, está fijado por las variaciones en el valor del dólar. Es decir que si el valor del dólar está fijo y los precios internacionales de los productos agropecuarios aumentan, el aumento se traslada al mercado interno. Esto pasa con la carne. Se exporta aproximadamente el veinte por ciento y lo que queda va al consumo interno. Si se produce un aumento en el mercado internacional, mientras el dólar sigue fijo, si un corte de carne, por ejemplo, que valía 10 dólares en el mercado internacional, pasa a costar 12,50, significa que por cada kilo el exportador pasó de ganar 30 pesos a ganar 37,50 pesos. Vendiendo la misma cantidad, gana más. Y como entonces reclama más vacas para exportar y la cantidad que hay se encuentra acotada (porque esas tierras antes de pastoreo hoy están con soja), el precio sube en el mercado interno. Para que quede claro, el aumento del valor del dólar o cuando suben los precios a nivel internacional y el tipo de cambio es fijo, como en nuestro país, se produce el aumento de todos los productos que pueden ser exportados. 

Cuando se exporta soja, no incide en los precios, porque aquí la soja no se consume. Argentina exporta productos frescos, cereales, carne cuyo precio aumenta a nivel internacional, lo que hace que aumenten mucho los precios en el mercado interno. Estos productos son parte de la canasta alimentaria del conjunto de los trabajadores, por lo que cuando aumentan de precio, automáticamente bajan los salarios y la demanda interna y aumenta la inflación producida por el alza en el precio de los alimentos. En buen criollo, todo esto significa que se produce una transferencia de ingresos de parte de los trabajadores hacia el sector agropecuario, es decir de los productos que se exportan.
El precio de los bienes agropecuarios, está formado por la suma de un costo de producción y una ganancia considerada “normal” sobre ese costo, lo que da un precio interno corriente, “normal” o racional, como quiera llamárselo. A nivel internacional, el precio de los alimentos ha subido de manera impresionante, en tanto que los costos siguen en pesos devaluados, lo que posibilita que el sector agropecuario haya tenido ganancias muy superiores a una ganancia racional o “normal”. Esa diferencia entre el precio internacional y la ganancia normal, es decir el precio interno, es la renta. Y la renta, señor Demichelis, es la ganancia extraordinaria que proviene del monopolio sobre la tierra y de la que se apropian Ud. y el resto de los capitalistas explotadores de tierra y trabajo ajeno.
Pasemos a ver ahora, en cuánto creció la renta que se apropia el sector agropecuario. Hasta la convertibilidad era de setenta y dos pesos por ha., con un ingreso de cinco mil millones de dólares anuales y Mil millones de renta anual.
En el año 2004 la renta por hectárea ya llegaba a los trescientos setenta pesos y los ingresos anuales de siete mil ochocientos millones de dólares, de los cuales tres mil millones de dólares fueron de renta.
Es decir que desde el año 2002 la renta anual es tres veces mayor, y en dólares. El jetón de Gualeyguachú (dueño de casi 700 has., que alquila a un fondo -pool- de siembra), pide que no les cobren retenciones y ellos se “comprometen” a pagar los sueldos de los empleados públicos. ¿Por qué primero no blanquean a sus peones y dejan de pagarles sueldos miserables?
LAS RETENCIONES A LAS EXPORTACIONES.
Esto no es otra cosa que un impuesto a la renta proveniente de recursos naturales. La ganancia del sector agropecuario, aun con las tan famosas retenciones, es impresionante, no tiene antecedentes. Se quejan de los costos, pero nunca han aumentado de manera de inquietar la extraordinaria rentabilidad que han alcanzado.
La suba del impuesto (retención) a las exportaciones agropecuarias no hace más que llevar el ingreso de los exportadores a un precio similar al de diciembre de 2007, es decir una rentabilidad de mil trescientos pesos por hectárea.
Para que quede claro: por ejemplo, si el precio de la carne a nivel internacional sube de manera importante, el impuesto a la exportación subirá de la misma manera, hasta compensar la diferencia de ingresos producida por el aumento, de tal manera que el exportador y todo el sector agropecuario siguen ganando lo mismo. Este impuesto quita parte de la renta sin afectar la ganancia “normal” que deben tener.
Otra cosa es ver que hace el gobierno con esos fondos que pasan a engrosar las famosas reservas del Estado, de miles de millones de dólares, en tanto que el hambre y la marginación siguen extendiéndose por los sectores populares.
Aquí cabe también aclarar la situación de las pequeñas explotaciones, de los pequeños y medianos productores, que tienen problemas a la hora de acceder a las semillas y otros insumos, para los cuales deben aplicarse políticas específicas para el sector, tales como impuestos diferenciados por tonelaje de producción, etc. El impuesto a las exportaciones de productos agropecuarios, evita incrementos de la renta y la transferencia indiscriminada de dinero de los trabajadores al sector agropecuario. Transferencia de ingresos que es aún mayor por la venta de soja y cereal en negro en los mismos campos de producción, a lo que se suma la explotación del obrero rural, con salarios miserables, pactados por la Uatre con la Sociedad Rural golpista.
Por último, queremos reafirmar que sólo una reforma agraria profunda e integral, posibilitará que la tierra esté en manos de quien la trabaja y al servicio del desarrollo social y nacional.
25/03/08 MOVIMIENTO POPULAR TOLDENSE
M.P.T

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