martes, 17 de mayo de 2011

Argentina: Masacre de Margarita Belén: Perpetua para ocho militares y libertad para un policía

Marcos Salomón (CHACO DIA POR DIA)
“Oh juremos con gloria morir”. Con los dos dedos en V o con el puño en alto, pero todos cantando el Himno Nacional Argentino, finalizó el juicio oral y público por la Masacre de Margarita Belén. Las víctimas desaparecidas, la herida que no cicatriza.

Transcurridos 35 años de los fusilamientos, diez de la reapertura de la causa judicial, luego de escuchar a más de 120 testigos, en 60 audiencias orales y públicas, la lectura de la parte resolutiva de la sentencia llevó menos de 30 minutos para escuchar la condena a cadena perpetua a ocho militares y al único policía sentando en el banquillo de los acusados, por el asesinato de quince víctimas, cuatro de las cuales permanecen desaparecidas.

 
Pero nada fue tan sencillo, la convocatoria original, para las 8.30, apenas dio lugar a las “últimas palabras” de Alfredo Chas, quien en un discurso políticamente correcto hasta el hartazgo, ya se había declarado inocente.
Después, la decisión incomprensible del Tribunal Oral Federal de pasar la lectura de la sentencia para las 17, que enojó a todo el público presente, al punto que esa decisión de los camaristas desencadenó una reacción inesperada: como nunca sucedió a lo largo del juicio, familiares de víctimas y victimarios, coincidieron en fustigar a los jueces.
Medida inapelable, para las 17, en punto, Gladys Yunes, presidenta del Tribunal, leyó la condena a Cadena Perpetua contra Athos Rennes, Ernesto Simoni, Aldo Martínez Segón, Germán Riquelme, Jorge Carnero Sabol, Ricardo Reyes, Ricardo Losito (ya había sido condenado a 25 años en la Causa por el ex Regimiento de Infantería 9, en Corrientes) y José Luis Patetta (también condenado a 25 años, pero en la Causa Caballero, en Chaco).
En cambio, fue absuelto Luis Alfredo Chas, por falta de pruebas.
Todos lo militares están condenados por “coautores de homicidio agravado, por alevosía y el número de víctimas”. También por
Tensión
Con exclamaciones y lágrimas, familiares de las víctimas escuchaban las condenas, con Patetta y Losito fueron los momentos de mayor festejo, entre aplausos y alguna ironía suelta. Pero, en general, la audiencia fue absolutamente tranquila.
En cambio, toda la calma se rompió cuando el Tribunal absolvió a Chas. Los familiares del policía rompieron en llantos (aunque no tenían mucha esperanza, porque, según testigos, adelantaron el casamiento de una nieta del imputado para evitar que, tras la sentencia, no pueda asistir a la boda) y descargaron toda su tensión contra los familiares de las víctimas.
Chas, de pie, con cara de sorpresa, escuchó su libertad por falta de pruebas.
Igual, Juan Andrés Sala, hijo de Néstor –una de las víctimas de la Masacre- y de Mirta Clara –ex presa política- pudo descargar su bronca contra Patetta: “Vos fuiste el que asesinó a mi papá”, le gritó.
La contracara, la impotencia de la nueva generación de la Pierolada (sobrinos de Fernando Piérola, que es una de las víctimas del 13 de diciembre de 1976 que continúa desaparecida): “Dónde están los cuerpos de nuestros compañeros, de nuestra familia”, preguntaban a los gritos, mientras la familia Chas era desalojada de la sala.
En problemas
En otra parte de la sentencia, el Tribunal hizo lugar al pedido de falso testimonio presentado contra el exsoldado (y escritor frustrado) Alfredo Maidana. En cambio, no hizo lugar al pedido de la defensa que acusó de falso testimonio a Francisco “Tete” Romero, ministro de Educación.
Los jueces también hicieron lugar al pedido de falso testimonio planteado contra el exmédico policial Orlando Grillo, que representa la complicidad civil chaqueña en el Terrorismo de Estado.
En tanto, los fundamentos completos del fallo se conocerán recién el 12 de julio, según lo anunció la jueza Yunnes. Justo el 12 de julio sería el cumpleaños de Néstor Sala, víctima de la Masacre.
El final
Sobre el final, el abrazo partido entre familiares de las víctimas contrastaba con la desazón de los familiares de los imputados. Sólo la esposa de Martínez Segón habló con la prensa, sólo para descalificar el fallo.
Para acallar cualquier rumor y como una manera de festejar un triunfo contra la impunidad de 35 años, con los dedos en V o con el puño en alto, los presentes comenzaron a cantar el Himno Nacional Argentino.
Pero, a diferencia de la sentencia en la Causa Caballero, cuando todos abrazaban a los sobrevivientes que declararon en el juicio; en la sentencia por la Masacre de Margarita Belén no había sobrevivientes para abrazar. Por eso, a voz batiente, tomó mucho más fuerza y sentido el Himno Nacional Argentino, cuando la sala de audiencias bramaba: “Oh juremos con gloria morir”.
"Peco" Tissenbaum, “Algún fusible tenía que tener el Tribunal”
Quien es considerado el “padre jurídico” del juicio por la Masacre de Margarita Belén, se mostró resignado por la absolución del único policía imputado. Destacó la continuidad democrática que vive el país.
“Todavía lo estoy deglutiendo”, señaló, conmovido hasta las lágrimas, Edwin “Peco” Tissenbaum, el abogado de presos políticos en la década del 70, cuando asumir esa posición costaba prisión, cuando menos, o quizás la propia vida.
Sentado en su silla de ruedas, abrazados por sus seres queridos (entre ellos su hija Laura, también abogada), reflexionó: “Fueron 35 años de impunidad, porque hasta los gobierno democráticos fueron frenando este juicio”.
“Peco” es considerado una especie de “padre jurídico” de lo que fue el juicio por la Masacre de Margarita Belén, no sólo por haber sido abogado de presos políticos (Tissenbaum llevó a los dos hijos de Mirta Clara para que la vieran en la prisión de Villa Devoto, por ejemplo) y fue abogado en la denominada “Causa 13”, en el marco del Juicio a las Juntas.
No le gustó nada la absolución del policía Chas, pero se resignó: “Algún fusible tenía que tener la Cámara”. Con la emoción a flor de piel, reconoció: “Es la primera vez que estoy viviendo algo así, porque desde 1930 hasta hoy, 80 años después, es la primera vez en la historia del país que pasan siete años y dos presidentes sin que tengamos un Estado de sitio”.
“¿Sabés lo que significa que los pibes se puedan juntar más de tres para manifestar como lo están haciendo ahí afuera? (por los manifestantes que siguieron por pantalla las instancias del juicio en la vereda del Tribunal Oral Federal y frente a la plaza central de la ciudad) ¿Sabés que bueno que los pibes y pibas puedan reunirse a festejar en una fiesta sin tenerle que pedir permiso a la policía?”, preguntaba. “Esto me pasa por primera vez en la vida”.
Los familiares de las víctimas, entre el dolor y el festejo
Luego de que el Tribunal Oral Federal leyera el fallo por el cual se condenaba a ocho exmilitares y se absolviera a un expolicía, los familiares de las víctimas de la Masacre Margarita Belén mostraron sus primeras sensaciones tras este histórico juicio.
GUSTAVO PIÉROLA, HERMANO DE FERNADO
Gustavo Piérola es oriundo de Entre Ríos y forma parte de un mítico clan en la lucha por los derechos humanos, conocida en esta parte del país como la Pierolada. Con el recuerdo de Fernando, víctima de la Masacre, y la Madre Mayor: Amanda Mayor de Piérola, como ejemplo.
Antes de quebrarse, Gustavo alcanzó a manifestar: “Vamos a seguir la búsqueda de los cuerpos de los compañeros que hoy no están, por eso, durante la lectura de la sentencia, fue fuerte el recuerdo de Fernando, pero también el de Amanda”.
A lo que “sucedió hoy (por ayer) en Chaco lo tomamos como un gran triunfo, tras treinta y pico de años de impunidad”. Después llantos, abrazos y muchos festejos.
MARTÍN DÍAZ, HIJO DE LUCHO
Martín Díaz, hijo de Luis Díaz (víctima de la Masacre), habló con la prensa hasta donde pudo: “Todavía no caigo, me falta procesarlo”, señaló. “Siento dolor, pero también mucha alegría”, añadió.
Su madre, Norma Cajal, señaló: “Desde el sentimiento, era previsible el desborde, después de que durante la dictadura, incluso en democracia, se nos negara reiteradamente el reclamo de Justicia”.
MIRTA CLARA, VIUDA DEL FLACO SALA
Mirta Clara, incansable luchadora por los derechos humanos, ex presa política, esposa de Néstor Sala, una de las víctimas de la Masacre de Margarita Belén, terminó el juicio molesta por la absolución del policía Alfredo Chas y por la decisión del Tribunal Oral Federal de dilatar tanto la lectura de la sentencia.
“Mientras no encontremos los cuerpos, quiere decir que sigue instalado el Terrorismo de Estado. Y que son unos cobardes que no tienen huevo para decirnos dónde están nuestros compañeros”, disparó a quemarropa.
Justamente, “éste es el Ejército y ésta es la Policía que la ministra (Nilda) Garré quiere erradicar”, primero en el Ministerio de Defensa y ahora en el Ministerio de Seguridad, añadió.

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